Por Rodolfo Sánchez
¿Qué hacer ante el cochinero y la podredumbre política en nuestro país? ¿Será lo más sano ir a tachar nuestra papeleta? ¿Hay que dejar de votar? Éstas son preguntas con la que nos invaden y nos bombardean de manera constante, más aún en periodo de elecciones, pero ¿Por qué tanto relajo con eso de votar o no votar?
Hay que poner los ojos y los sentidos más allá de ese momento histórico, no hemos entendido –aún-, que el poder no lo toma el pueblo, porque el poder lo tiene y es el pueblo. Votar o no votar importa, pero sólo como un momento clave de la política, lo que si importa es: ¿Qué hacemos antes y después de cada votación? y ¿Cómo y con qué estrategias?
Invitarlos a votar es lo correcto, pero sin perder de vista que tenemos la tarea urgente de construir una nueva forma de hacer y entender la política, ya no basta sólo con indignarse, con conmoverse ante lo(s) otro(s), hace falta dar un paso más, tener una participación más activa, caminar hacia la construcción de un mundo mejor sí, pero no sólo en las ideas sino también en la realidad.
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El poder se ejerce y eso es lo que no estamos haciendo, porque, bajo la lógica de las elecciones en México, votar es delegar el poder y eso es justo lo que le conviene a la clase política. La democracia, no es ir a votar, la democracia es un gobierno del pueblo, para el pueblo, por el pueblo. Una verdadera democracia en México significaría que el pueblo elija a los candidatos, que éstos pertenezcan al pueblo y que gobiernen para el pueblo.
Hay que ejercer el poder, sustituir las viejas formas de hacer política, por otras más incluyentes y que den resultados a corto y mediano plazo, hay que organizarse desde pequeños grupos en colonias, calles, barrios, municipios, universidades, etc. Habrá que asumir el poder, es una obligación o un derecho, véanlo como quieran, de todos los jóvenes y de todos los mexicanos.
Hay que ejercer el poder, sustituir las viejas formas de hacer política, por otras más incluyentes y que den resultados a corto y mediano plazo, hay que organizarse desde pequeños grupos en colonias, calles, barrios, municipios, universidades, etc. Habrá que asumir el poder, es una obligación o un derecho, véanlo como quieran, de todos los jóvenes y de todos los mexicanos.
Les dejo un fraternal abrazo y un revolucionario saludo.
El poder es y será siempre de la gente que lo exige. Fuerza!
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