El Changarro, donde todo saben de nosotros.
Las empresas, sobretodo las de servicio, carecen de (valga la redundancia) un buen servicio a clientes, cuántos de nosotros hemos hablado a cualquier banco, excepto American Express, y antes de poder hablar con alguien para resolver un problema tenemos que entrar a un sinfín de números en el menú y escuchar ofertas de productos que no necesitamos o ya tenemos; para, mucho tiempo después, escuchar la voz de una persona que, posiblemente pueda darnos solución a nuestro problema.
Cuantas veces nos hemos quejado del servicio y atención de clientes de las empresa de telefonía, televisión por cable o “apoyo” de cualquier marca, hay una situación muy clara, las marcas no saben atender a sus clientes y sobretodo no saben dar ese servicio post-venta que hará que el consumidor realice una nueva compra con ellos.
Regresando al tema de los bancos, es importante señalar; como, además de generar un pobre servicio al cliente el enfoque es hacia vender más productos de la institución y sin saber, si están dando un buen seguimiento hacia lo que ya tenemos contrato con ellos.
Podemos recibir al día 3 o 4 llamadas e igual número de correos electrónicos ofreciendo servicios; pero, repito, fuera de American Express no he recibido llamada de ningún banco para preguntarme: “¿Cómo le ha parecido el servicio que le hemos brindado?”.
Hasta este momento el título de la columna y el contenido, posiblemente no tengan nada que ver; pero si de alguien, las instituciones, las marcas y las empresas deben de aprender de servicio al cliente es de las personas que atienden los changarros de las esquinas.
Estás personas, Doña Mary, Don Pedro, saben perfectamente quienes son sus clientes, qué compran, qué les podría interesar y qué oferta de productos ofrecerles, generan una relación intima con sus clientes al saber, prácticamente, cómo están los hijos, los papás, los amigos, la situación en el trabajo y hasta sentimental de la mayoría de las personas que hacen sus compras con ellos. Sé que es más complicado, estructuralmente, poder dar el servicio como lo brindan en el changarro de la esquina, que en una empresa; pero las bases y el esquema está ahí.
Sin un esquema de CRM complicado, sin estrategias de relacionamiento fuera de lo común, lo que necesitan hacer las empresas es comprar el modelo del changarro, enfocado al consumidor, al shopper, y a su entorno, para tener una mejor comunicación con ellos, esto traerá una mejor relación entre ambas partes.
Imagínense cuando el banco donde tenemos nuestro dinero nos hable para decirnos: “Hola, ¿Cómo ha sido el servicio que le hemos brindado durante los últimos 3 meses?”.
El de buche
Y que nos ven la cara a los mexicanos, nos han vendido la reforma energética como la máxima solución al problema del subsidio de los costos del uso de las fuentes de energía en el país: gasolinas, luz, gas entro otros.
Ahora Pemex inaugura su primera estación de servicios en los Estados Unidos, en Houston específicamente; tanto como el precio, el problema es de percepción. En Estados Unidos hay competencia y Pemex tiene que competir y regirse por la oferta y la demanda, además de que la caída del precio del petróleo genera un menor costo en el insumo principal del combustible.
Para acabar, con toda y la Reforma Energética, en el Estado de Texas se paga, de impuestos, un equivalente a casi $2 pesos por litro, mientras que en México casi la mitad del costo del litro, $6 pesos, se va en el pago de los mismos. La gasolina cuesta lo mismo, la diferencia es la competencia y el impuesto que cobra el gobierno, dueño de la misma Pemex.
Mauricio Huerta
El autor de estas líneas se describe como cineasta empedernido, lector con problemas de tiempo y amante de los deportes.
En la vida hay que reír y llorar, porque la existencia se trata de experiencias.
@mau13huerta
mhuertarueda@gmail.com
Las empresas, sobretodo las de servicio, carecen de (valga la redundancia) un buen servicio a clientes, cuántos de nosotros hemos hablado a cualquier banco, excepto American Express, y antes de poder hablar con alguien para resolver un problema tenemos que entrar a un sinfín de números en el menú y escuchar ofertas de productos que no necesitamos o ya tenemos; para, mucho tiempo después, escuchar la voz de una persona que, posiblemente pueda darnos solución a nuestro problema.
Cuantas veces nos hemos quejado del servicio y atención de clientes de las empresa de telefonía, televisión por cable o “apoyo” de cualquier marca, hay una situación muy clara, las marcas no saben atender a sus clientes y sobretodo no saben dar ese servicio post-venta que hará que el consumidor realice una nueva compra con ellos.
Regresando al tema de los bancos, es importante señalar; como, además de generar un pobre servicio al cliente el enfoque es hacia vender más productos de la institución y sin saber, si están dando un buen seguimiento hacia lo que ya tenemos contrato con ellos.
Podemos recibir al día 3 o 4 llamadas e igual número de correos electrónicos ofreciendo servicios; pero, repito, fuera de American Express no he recibido llamada de ningún banco para preguntarme: “¿Cómo le ha parecido el servicio que le hemos brindado?”.
Hasta este momento el título de la columna y el contenido, posiblemente no tengan nada que ver; pero si de alguien, las instituciones, las marcas y las empresas deben de aprender de servicio al cliente es de las personas que atienden los changarros de las esquinas.
Estás personas, Doña Mary, Don Pedro, saben perfectamente quienes son sus clientes, qué compran, qué les podría interesar y qué oferta de productos ofrecerles, generan una relación intima con sus clientes al saber, prácticamente, cómo están los hijos, los papás, los amigos, la situación en el trabajo y hasta sentimental de la mayoría de las personas que hacen sus compras con ellos. Sé que es más complicado, estructuralmente, poder dar el servicio como lo brindan en el changarro de la esquina, que en una empresa; pero las bases y el esquema está ahí.
Sin un esquema de CRM complicado, sin estrategias de relacionamiento fuera de lo común, lo que necesitan hacer las empresas es comprar el modelo del changarro, enfocado al consumidor, al shopper, y a su entorno, para tener una mejor comunicación con ellos, esto traerá una mejor relación entre ambas partes.
Imagínense cuando el banco donde tenemos nuestro dinero nos hable para decirnos: “Hola, ¿Cómo ha sido el servicio que le hemos brindado durante los últimos 3 meses?”.
El de buche
Y que nos ven la cara a los mexicanos, nos han vendido la reforma energética como la máxima solución al problema del subsidio de los costos del uso de las fuentes de energía en el país: gasolinas, luz, gas entro otros.
Ahora Pemex inaugura su primera estación de servicios en los Estados Unidos, en Houston específicamente; tanto como el precio, el problema es de percepción. En Estados Unidos hay competencia y Pemex tiene que competir y regirse por la oferta y la demanda, además de que la caída del precio del petróleo genera un menor costo en el insumo principal del combustible.
Para acabar, con toda y la Reforma Energética, en el Estado de Texas se paga, de impuestos, un equivalente a casi $2 pesos por litro, mientras que en México casi la mitad del costo del litro, $6 pesos, se va en el pago de los mismos. La gasolina cuesta lo mismo, la diferencia es la competencia y el impuesto que cobra el gobierno, dueño de la misma Pemex.
Mauricio Huerta
El autor de estas líneas se describe como cineasta empedernido, lector con problemas de tiempo y amante de los deportes.
En la vida hay que reír y llorar, porque la existencia se trata de experiencias.
@mau13huerta
mhuertarueda@gmail.com
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