Entre pitos, humo, basura y smog.
El último par de meses, en recién nacida CDMX, han sido más agitados de lo normal, y eso
es mucho decir en la ciudad donde ningún día es aburrido.
Lo que está de moda son los pitos, lo que no sé si es bueno o malo, y creo que el mayor de
los problemas ni siquiera son los silbatos que va a repartir el gobierno que encabeza Miguel Ángel Mancera, sino la comunicación y las formas de tratar los problemas por parte de la administración capitalina, creyendo que todavía estamos en una época donde los habitantes del Valle de México nos dejamos impresionar con espejos.
Algunas observaciones sobre el programa contra el acoso:
1.- Hacer un programa de gobierno basado en repartir pitos.
2.- Ocupar un millón de pesos del presupuesto para programas de apoyo social en 15 mil silbatos.
3.- ¿A quién le van a dar los 15 mil silbatos?
4.- ¿Quién se va a encargar de que las personas no olviden su pito en casa?
5.- ¿Vamos a vivir con el miedo de que alguien nos pite?
Patricia Mercado, titular de la Secretaría de Gobierno de la CDMX, y responsable principal de la iniciativa, tuvo que salir el día después del anuncio a defenderla y explicarla; esto, claramente, es señal de una mala o falta de estrategia de comunicación, para aclarar el por qué de poner en marcha esta idea, pero también creo que la explicación dada por Mercado, solo deja peor parada la iniciativa.
El programa constará en repartir los silbatos a personas que serán encargadas de vigilar que no se cometa ningún tipo de acoso; es decir, la población estará bajo un tipo de “señaladores” como en la película “V de Venganza” donde una persona tendrá el poder de
hacer soñar el silbato si él o ella, ve una falta; es decir, la mujeres, que son a las que va dirigida esta iniciativa, no serán responsables de señalar la agresión. En resumen: repartimos los silbatos, pero no todos pueden tocar el pito.
Con esta explicación, vamos a caer en el ámbito de los supuestos, y si a eso le sumamos que en el sistema de justicia en México, uno es culpable hasta que demuestre lo contrario, la aplicación de esta iniciativa va a traer más problemas que soluciones.
El de buche
Que un automóvil deje de circular uno o dos días no ha sido ninguna solución y siguen, después de dos meses de la iniciativa temporal del “Hoy No Circula”, los problemas de los altos índices de contaminación. El hecho es, la gran concentración de personas, la falta de lógica en el reglamento de tránsito, el crear medios alternos de traslado sin incentivar su uso, el vivir entre zonas industriales, la corrupción en los Centros de Verificación, “mordidas” para seguir ampliando la ciudad, errores que tapan errores y, la verdad, la poca colaboración de las personas que vivimos en la CDMX, hacen que el día de hoy estemos atrapados en una situación crítica.
Que no usemos el automóvil, díganle eso a una personas que vive en Ecatepec, va a dejar a sus hijos a la escuela en Satélite y tiene que llegar a trabajar a Santa Fe; no es culpa de las personas que los centros de entretenimiento, sociales y laborales estén concentrados, ni que la ciudad crezca y crezca sin orden ni sentido. La concentración ha hecho que no haya espacio ni para la basura y eso es lo que está sucediendo; entre más gente más desechos y más contaminación.
Esta ciudad lo tiene todo y es muy fácil enamorarse de ella, y ahora también es, la ciudad del cielo gris y de las contingencias ambientales.
Mauricio Huerta
Soy cineasta empedernido, lector con problemas de tiempo y amante de los deportes.
En la vida hay que reír y llorar, porque la existencia se trata de experiencias.
mhuertarueda@gmail.com
@mau13huerta
El último par de meses, en recién nacida CDMX, han sido más agitados de lo normal, y eso
es mucho decir en la ciudad donde ningún día es aburrido.
Lo que está de moda son los pitos, lo que no sé si es bueno o malo, y creo que el mayor de
los problemas ni siquiera son los silbatos que va a repartir el gobierno que encabeza Miguel Ángel Mancera, sino la comunicación y las formas de tratar los problemas por parte de la administración capitalina, creyendo que todavía estamos en una época donde los habitantes del Valle de México nos dejamos impresionar con espejos.
Algunas observaciones sobre el programa contra el acoso:
1.- Hacer un programa de gobierno basado en repartir pitos.
2.- Ocupar un millón de pesos del presupuesto para programas de apoyo social en 15 mil silbatos.
3.- ¿A quién le van a dar los 15 mil silbatos?
4.- ¿Quién se va a encargar de que las personas no olviden su pito en casa?
5.- ¿Vamos a vivir con el miedo de que alguien nos pite?
Patricia Mercado, titular de la Secretaría de Gobierno de la CDMX, y responsable principal de la iniciativa, tuvo que salir el día después del anuncio a defenderla y explicarla; esto, claramente, es señal de una mala o falta de estrategia de comunicación, para aclarar el por qué de poner en marcha esta idea, pero también creo que la explicación dada por Mercado, solo deja peor parada la iniciativa.
El programa constará en repartir los silbatos a personas que serán encargadas de vigilar que no se cometa ningún tipo de acoso; es decir, la población estará bajo un tipo de “señaladores” como en la película “V de Venganza” donde una persona tendrá el poder de
hacer soñar el silbato si él o ella, ve una falta; es decir, la mujeres, que son a las que va dirigida esta iniciativa, no serán responsables de señalar la agresión. En resumen: repartimos los silbatos, pero no todos pueden tocar el pito.
Con esta explicación, vamos a caer en el ámbito de los supuestos, y si a eso le sumamos que en el sistema de justicia en México, uno es culpable hasta que demuestre lo contrario, la aplicación de esta iniciativa va a traer más problemas que soluciones.
El de buche
Que un automóvil deje de circular uno o dos días no ha sido ninguna solución y siguen, después de dos meses de la iniciativa temporal del “Hoy No Circula”, los problemas de los altos índices de contaminación. El hecho es, la gran concentración de personas, la falta de lógica en el reglamento de tránsito, el crear medios alternos de traslado sin incentivar su uso, el vivir entre zonas industriales, la corrupción en los Centros de Verificación, “mordidas” para seguir ampliando la ciudad, errores que tapan errores y, la verdad, la poca colaboración de las personas que vivimos en la CDMX, hacen que el día de hoy estemos atrapados en una situación crítica.
Que no usemos el automóvil, díganle eso a una personas que vive en Ecatepec, va a dejar a sus hijos a la escuela en Satélite y tiene que llegar a trabajar a Santa Fe; no es culpa de las personas que los centros de entretenimiento, sociales y laborales estén concentrados, ni que la ciudad crezca y crezca sin orden ni sentido. La concentración ha hecho que no haya espacio ni para la basura y eso es lo que está sucediendo; entre más gente más desechos y más contaminación.
Esta ciudad lo tiene todo y es muy fácil enamorarse de ella, y ahora también es, la ciudad del cielo gris y de las contingencias ambientales.
Mauricio Huerta
Soy cineasta empedernido, lector con problemas de tiempo y amante de los deportes.
En la vida hay que reír y llorar, porque la existencia se trata de experiencias.
mhuertarueda@gmail.com
@mau13huerta
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