Instragram o el éxito de la cultura visual
Después del mes de septiembre, donde los temas de esta columna se centraron en situaciones sociales, relacionados con la comunicación, pero enfocado en la problemática social, ahora vamos a analizar el fenómeno que se ha convertido Instagram y, sobretodo, la manera en la que la comunicación y la publicidad han entrado con fuerza en esta red social.
Hace apenas 5 años (2010), nació Instagram, como una aplicación exclusiva para iPhone, y con ella un cierto estatus sobre los participantes y el uso de la misma, todos lo que tenemos cuenta en Instagram, hemos, o por lo menos intentado, ser artistas de la fotografía, apoyándonos en sus filtros, herramientas de edición y demás artilugios, que nos convertían (o nosotros creíamos) en Chase Jarvis, David LaChapelle o algún otro fotógrafo reconocido, al momento de generar nuestras imágenes.
El despegue de la plataforma se da un par de años después, en el 2012, cuando Instagram dejó de ser exclusivo de plataforma IOS y salió al público usuario de Android; es cierto, que en ese momento, el club de las fotos de plato de comida y atardeceres en Santa Fe, se terminó, pero dio el salto a ser una aplicación más global y con una visión de negocios real, al ser comprada por Facebook en mil millones de dólares.
Hoy en día, Instagram, es la segunda red social con más usuarios en el mundo, (más que Twitter y, obviamente, detrás de Facebook) y, podemos decir, que su popularidad es el gran triunfo de la cultura audio-visual, empatando perfectamente con la manera en la que nosotros nos comunicamos. Poco más 93% de las expresiones que generamos son no verbal, y esto es fundamental en el éxito de la plataforma.
Poco más del 65% de las principales empresas en el mundo ya están usando Instagram, pero la evolución viene en el uso de la comunicación para generar mensajes de publicidad por parte de los anunciantes, no únicamente el uso de imágenes de manera esporádicas, eventos o productos de las empresas, sino “COMUNICACIÓN” y además podemos decir que: “Comunicación artística”, si se puede utilizar el término.
En México, el primer paso lo están dando la industria cervecera, posicionando la imagen de sus productos en el contexto de la dinámica de la uso de Instagram. En general, como consumidores, no nos gusta recibir anuncios que son intrusivos, pero como amantes de las imágenes, las formas, los colores y las composiciones, la publicidad en la red de las fotos, será bien recibida, siempre que sea inteligente y creativa, aunque los bolsillos de Mark Zuckerberg sigan llenándose de billetes.
El de Nana.
Estamos ante la mayor, o una de las mayores, crisis de imagen en el mundo. Será muy interesante ver la manera en al que Volkswagen enfrentará la situación de la falsificación de las emisiones contaminantes en más de 11 millones de automóviles.
De verdad, creo que los ejecutivos de VW aplicaron la clásica: Chingue su… vamos a ver si no nos descubren y están metidos en uno de los mayores líos de credibilidad y pérdida de confianza para una marca.
Mauricio Huerta
El autor de estas líneas se describe como cineasta empedernido, lector con problemas
de tiempo y amante de los deportes.
En la vida hay que reír y llorar, porque la existencia se trata de experiencias.
@mau13huerta
mhuertarueda@gmail.com
En Instagram me encuentran como huerta13 y claro, tengo hartas fotos de mi perro.
Después del mes de septiembre, donde los temas de esta columna se centraron en situaciones sociales, relacionados con la comunicación, pero enfocado en la problemática social, ahora vamos a analizar el fenómeno que se ha convertido Instagram y, sobretodo, la manera en la que la comunicación y la publicidad han entrado con fuerza en esta red social.
Hace apenas 5 años (2010), nació Instagram, como una aplicación exclusiva para iPhone, y con ella un cierto estatus sobre los participantes y el uso de la misma, todos lo que tenemos cuenta en Instagram, hemos, o por lo menos intentado, ser artistas de la fotografía, apoyándonos en sus filtros, herramientas de edición y demás artilugios, que nos convertían (o nosotros creíamos) en Chase Jarvis, David LaChapelle o algún otro fotógrafo reconocido, al momento de generar nuestras imágenes.
El despegue de la plataforma se da un par de años después, en el 2012, cuando Instagram dejó de ser exclusivo de plataforma IOS y salió al público usuario de Android; es cierto, que en ese momento, el club de las fotos de plato de comida y atardeceres en Santa Fe, se terminó, pero dio el salto a ser una aplicación más global y con una visión de negocios real, al ser comprada por Facebook en mil millones de dólares.
Hoy en día, Instagram, es la segunda red social con más usuarios en el mundo, (más que Twitter y, obviamente, detrás de Facebook) y, podemos decir, que su popularidad es el gran triunfo de la cultura audio-visual, empatando perfectamente con la manera en la que nosotros nos comunicamos. Poco más 93% de las expresiones que generamos son no verbal, y esto es fundamental en el éxito de la plataforma.
Poco más del 65% de las principales empresas en el mundo ya están usando Instagram, pero la evolución viene en el uso de la comunicación para generar mensajes de publicidad por parte de los anunciantes, no únicamente el uso de imágenes de manera esporádicas, eventos o productos de las empresas, sino “COMUNICACIÓN” y además podemos decir que: “Comunicación artística”, si se puede utilizar el término.
En México, el primer paso lo están dando la industria cervecera, posicionando la imagen de sus productos en el contexto de la dinámica de la uso de Instagram. En general, como consumidores, no nos gusta recibir anuncios que son intrusivos, pero como amantes de las imágenes, las formas, los colores y las composiciones, la publicidad en la red de las fotos, será bien recibida, siempre que sea inteligente y creativa, aunque los bolsillos de Mark Zuckerberg sigan llenándose de billetes.
El de Nana.
Estamos ante la mayor, o una de las mayores, crisis de imagen en el mundo. Será muy interesante ver la manera en al que Volkswagen enfrentará la situación de la falsificación de las emisiones contaminantes en más de 11 millones de automóviles.
De verdad, creo que los ejecutivos de VW aplicaron la clásica: Chingue su… vamos a ver si no nos descubren y están metidos en uno de los mayores líos de credibilidad y pérdida de confianza para una marca.
Mauricio Huerta
El autor de estas líneas se describe como cineasta empedernido, lector con problemas
de tiempo y amante de los deportes.
En la vida hay que reír y llorar, porque la existencia se trata de experiencias.
@mau13huerta
mhuertarueda@gmail.com
En Instagram me encuentran como huerta13 y claro, tengo hartas fotos de mi perro.
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